Iniciamos la visita a los que se puede catalogar como “Bodegones Modernos” en Buenos Aires. Una categoría inventada…pero para diferenciar nuestros Bodegones tradicionales favoritos en la ciudad.
IL Vero Arturito tiene dos locales, uno en el barrio del Abasto y el que hemos visitado en Palermo. El local se ubica justo en frente a la esquina en la que se encontraba el clásico Bar del Gallego.
Un poco más ordenado que los típicos bodegones porteños y con menos cosas colgadas de la pared, lo primero que sorprende es un menú que se pide desde tablets en cada mesa, una forma interesante de presentar cada plato, con su foto y precio.
Organizado a medio camino entre restaurante gourmet y club social, podemos elegir el piso de abajo o el segundo, una especie de comedor con mesas largan donde se suelen sentar a comer muchas familias o grupos para todo tipo de festejos. Además en un pequeño balcón, unas pocas mesas más están disponibles. La terraza no estaba habilitada, pero se la ve muy linda en las fotos. Este piso no es una buena idea para los que busquen una comida en silencio…
Los platos en IL Vero Arturito
Una vez ya sentados en donde se pueda, comienza una especie de tinder de comida, en donde vamos haciendo match con los los platos. Carnes, pastas frescas, recetas de cabrito, tortillas, cazuelas y mariscos.
La entradas que muestra la tablet, se dividen entre frias (jamon crudo, quesos, matambre, ensaladas, etc) y calientes (salteado de espinaca, tortilla papa, chorizo). Los platos fuertes estan catalogados en criollos, pastas, carnes y mariscos.
A pesar del nombre, hay muchos platos españoles como el mondongo y las lentejas. También chivito, milanesas y parrilla. La parte de las pastas es una de las más generosas y para todos los gustos. Si hacemos click en el boton de mariscos, se nos ofrecen fotos muy apetecibles de arroces, mejillones, salmon, rabas y varias cazuelas. Opciones sin TACC no faltan, con escalopes, muzzarelitas y muchas pastas.
Para el postre, lo que más se ve circular entre las mesas es el tirasimu, que tiene una pinta espectacular.
La experiencia
Este bodegón con estilo moderno es una apuesta segura para comer bien y a precios razonables en pleno Palermo , lo cuál no es poca cosa. Muchos de los platos son para compartir en porciones muy abundantes, como por ejemplo el arroz con mariscos.
Posee una muy buena relación precio calidad. La atención de los mozos es inmejorable, brindada por personal experimentado. Su propietario conoce bien el oficio, ya que su padre ha tenido restaurantes desde hace 50 años. El menú digital es una buena idea, resulta divertido seleccionar los platos seleccionado la foto de cada uno.
Quizás uno de los puntos negativos es que al tener muchas mesas en poco espacio, puede ser algo ruidoso.
